viernes, 30 de abril de 2010

DÍA DEL NIÑO

Todo, en este mundo traidor, es susceptible de ser mejorado gracias a las buenas artes del diseño profesional. Lo que se piense puede ser mejor, más bello, más funcional, más atractivo. Si existe puede mejorarse; si no, puede crearse.
El material infantil no es la excepción: no habría juguetes, libros, mueblecitos, resbaladillas, muñecas con sentido y temas infantiles si el diseño no hubiera volteado su energía hacia los gustos y necesidades de los pequeños destructores.
Bueno, el caso es tener un motivo para felicitar a los chamacos, escuincles, mocosos, monstruitos, nenes, pequeños, infantes.
Aunque no pretende ser una entrada erudita, sólo debemos mencionar que el diseño infantil es muy diferente del diseño como suele pensarse. Acostumbra a pensarse que los niños son "adultos chiquitos" y, quienes no han estudiado lo suficiente del tema y pretenden hacer algo para niños, hacen un diseño tradicional pero "en pequeño", como si los niños sólo fueran modelo a escala del modelo final. Gran y tonto error.
Los niños son geniales porque, entre otras cosas, son diferentes a los adultos, pero mejores, más sinceros, más despiadados, más directos, menos "sociales" (en el sentido del actuar para ser aceptados), menos tontos, porque es un hecho que la estupidez es proporcional a la edad. Pese a que suela decirse y afirmarse lo contrario.

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